¡LA MONTAÑA ES NUESTRO VALOR AGREGADO!
¿Qué motiva a tanta gente a rodar en bicicleta por las montañas más altas de la ciudad?
¿Qué emociones se conjugan en la mente de los ciclistas para hacer de lo cotidiano un reto y ponerse al borde del sacrificio por el simple hecho de Rodar?
¿Qué sueños se dibujan en sus pupilas cuando están inmersos en una ruta que les exige entregar la vida sobre un pedal?
¿Qué tipo de magia se apodera de su sangre y atiza sus músculos al máximo volviéndolos casi inmortal?
¿Qué recónditos sentimientos se apoderan de sus corazones cuando ruedan a velocidad límite, cuando trepan una montaña, cuando coronan una cumbre o cuando descienden de ella?
¿Qué sienten los ciclistas al rodar?
Seguramente estas preguntas no tienen una respuesta puntual, pero lo cierto es que lo vivido en la TERCERA VUELTA A LIMA ha sido para muchos una experiencia sin igual.
“¡ESTO ES UNA LOCURA!” oí decir a mucha gente y sin lugar a dudas así lo era, pues ver rodar a tantas personas por las principales calles de la ciudad con el propósito de coronar las dos montañas de La Vuelta a Lima era algo que para muchos estaba al margen de cualquier acto de cordura, sin embargo allí estaban los ciclistas, decididos a devorar el asfalto y a ganarse esas montañas a fuerza de pedal.
La primera parte de la ruta fluyó según lo planificado, el pelotón se mantuvo casi compacto hasta el óvalo de Jicamarca, lugar donde empezó la odisea.
Eran casi las 10 de la mañana cuando la brigada de contención se disolvió para que cada ciclista pudiera escribir su propia historia en las montañas más altas de Lima. La masacre empezó con una trepada demoledora que apenas anunciaba un ápice de lo que sería después la verdadera escalada hacia la primera cumbre. A estas alturas de la ruta muchos ciclistas que habían rodado a más de 30Km/H fueron sucumbiendo a la pendiente y resignándose a rodar a velocidad de crucero. Era el momento de medir fuerzas, competir consigo mismo o con el que estaba a tu costado y para eso había que sacar a relucir esa “Alma ciclista” que te hace pedalear con el corazón y no con las piernas. Muchos cayeron vencidos por la cuesta, mientras que otros, embebidos por sus propios demonios, soportaron con estoicismo el rigor de aquella jornada. Hubo también de aquellos que con el ánimo ya resuelto y en un acto de honestidad deportiva se bajaron de la bicicleta y caminaron con la frente en alto, mientras que otros no dudaron en abordar vehículos motorizados para escapar de aquel martirio.
La mañana iba cediendo mientras los ciclistas se apostaban en el primer punto de avituallamiento, donde la familia Arévalo había abastecido su bodega con todo lo necesario para aplacar el hambre y la sed de los recién llegados.
En el trayecto, mucha gente sorprendida apuraba el paso a las veredas para ver pasar aquella masa policromática que se movía en dos ruedas y en medio de aquella algarabía y frases de aliento, de transeúntes absortos, los ciclistas pasaban saludando y levantando las manos para sellar en un pacto amical aquel efímero encuentro.
Mientras el Sueño de coronar la primera cumbre moría en las fauces sedientas de algunos ciclistas, otros apuraban el paso, ¡todos querían llegar primeros!, aunque para ello tuvieran que desfallecer, caerse, volver a pararse y sentir la angustia de ver como la montaña se aleja cuanto más anhelas coronar su cielo. Muchos caminaron la cuesta, mientras que otros, haciendo gala de su buena preparación física, fueron saboreando victorias, dejando bien lejos a los maltrechos ciclistas, quienes observaban su paso gallardo como si fuesen ángeles de acero volando en máquinas de sueños hacia un lugar desconocido por muchos y conocido por pocos.
Tras cruzar la primera cumbre, los ciclistas hacen gala de su pericia para descender la montaña y aunque una parte del camino es accidentada ellos no temen a nada y se sueltan en arrebatos inverosímiles para lograr conquistar el llano, sin embargo también hay de aquellos que, sobrecogidos por su entusiasmo y sin tener mucha experiencia hacen su mejor intento, no obstante algunos derrapan y otros caen de bruces pero luego se reincorporan tras aprender la lección.
LA VUELTA A LIMA tiene esa connotación, nosotros planteamos el reto y cada ciclista evalúa sus posibilidades, muchos salen a ganar, otros salen a probar y unos pocos desconocen totalmente a lo que van, sin embargo lo que finalmente cuenta es que lo hayan intentado y que hayan hecho de esta ruta su reto personal.
Mientras los rezagados resolvían sus penas en la primera montaña, los más expertos ya estaban escalando la segunda cumbre, su paso por el segundo punto de avituallamiento había sido fugaz, los pobladores de la Asociación Cuarta Maravilla apenas los vieron pasar.
El paso montañoso de Jicamarca a Collique está precedido por una comunidad llamada “Asociación Grupo Familiar Cuarta Maravilla”, quienes en un gesto de cordialidad y amistad deportiva colocaron en la vía varios carteles con el nombre del evento “La Vuelta a Lima”, esto sin lugar a dudas demuestra un gran nivel de acercamiento y apoyo al deporte proveniente de una comunidad organizada, que bien podría traducirse a futuro como una simbiosis para promover el turismo y desarrollo en esa zona, pues dicho paso montañoso es muy atractivo para muchos ciclistas que buscan la aventura.
Cerca del medio día los ciclistas seguían llegando al segundo punto de avituallamiento decididos a conquistar su segunda cumbre, a estas alturas de la ruta ya varias ruedas habían dejado de girar.
La segunda montaña tiene algo de particular, su trepada es breve y ligeramente menos exigente, pero la carretera es pedregosa, arenosa y zigzagueante, lo cual maximiza el esfuerzo de los ciclistas para llegar a la cima, pero a pesar de todo eso ellos siguen bregando y su corazón obstinado ya no manifiesta ninguna señal de derrota, pues a estas alturas del camino el arrepentimiento ya no tiene sentido, todos saben que aquella cumbre con sabor a victoria sólo se encuentra a 2Km de distancia, pero lo que pocos saben es que el descenso que se van a encontrar allá arriba es vertiginoso y brutal, “rompe muñecas” como muchos lo han llamado.
Aunque no lo parezca llegar a esa cumbre termina siendo más fácil que bajar por aquella cuesta zigzagueante que se va desplegando fieramente por los bordes abismales de unos Apus majestuosos que parecen estremecerse al vernos pasar. Dicho descenso apenas anuncia el comienzo del fin, en este tramo la experiencia será lo que cuente, pues el primer error podría ser el último.
Una vez superado el paso montañoso de Jicamarca a Collique, los ciclistas apuran pedales y se van a buscar el asfalto y en pocos minutos vuelven a entrar en la vorágine de la gran ciudad. Allí, la brega continúa entre autos y semáforos rojos, pero nada les impedirá llegar a la meta, algunos buscan la gloria, otros sólo quieren llegar. La avenida Túpac Amaru fue mudo testigo de cuando ellos arribaron victoriosos de las montañas más altas de la ciudad.
LA VUELTA A LIMA agradece sobremanera a todos los ciclistas que participaron en su tercera edición. Por nuestra parte, el club de ciclismo RodandoPerú hizo todo lo que estuvo a su alcance para brindarles un evento sin parangón en la historia del ciclismo local. Seguramente hemos tenido algunas falencias y las vamos a enmendar, sin embargo hay que comprender que movilizar a más de 500 ciclistas en una ruta de largo aliento y de alto rendimiento físico no es tarea sencilla, sobre todo cuando los recursos son escasos, no obstante lo hacemos porque amamos el ciclismo y porque estamos convencidos de que muy pronto LA VUELTA A LIMA se convertirá en el RETO CICLISTA más grande del Perú.
¡LA MONTAÑA ES NUESTRO VALOR AGREGADO!
¡AMAMOS LO QUE HACEMOS, HACEMOS LO QUE AMAMOS!
¡LA VUELTA A LIMA TE EXIGE MÁS!
Ver álbum de fotos aquí: La Vuelta a Lima III
Atentamente.
Dúbert Díaz Ramírez
Presidente Club RodandoPerú
Terminado el evento se sortearon premios donados por nuestros auspiciadores y se entregó medallas recordatorias a cien ciclistas.
ALGUNOS DATOS DEL EVENTO:
– La convocatoria llegó aproximadamente a 3000 ciclistas.
– Se registraron vía web 696 ciclistas.
– Concretaron su participación aproximadamente 550 ciclistas.
– Culminaron la ruta aproximadamente 300 ciclistas.
– La partida fue aproximadamente a las 8.30am
– Los primeros en completar la ruta retornaron al Campo de Marte a las 12.50pm.
– Los últimos en llegar lo hicieron aproximadamente a las 4pm.
– El evento se desarrolló sin contratiempos que lamentar.
– Contamos con dos vehículos de soporte y un paramédico.
– Tuvimos el apoyo de la municipalidad de Jesús María, Municipalidad de San Antonio de Jicamarca, Serenazgo de San Antonio de Jicamarca, Familia Arévalo (San Antonio de Jicamarca), Asociación Grupo Familiar Cuarta Maravilla y Policía Nacional del Perú.
UN AGRADECIMIENTO ESPECIAL A LAS SIGUIENTES EMPRESAS:
BICICENTRO: https://www.facebook.com/
TREK: https://www.facebook.com/
HOLLYWOOD RACKS PERÚ: https://www.facebook.com/
ZONA BIKE: https://www.facebook.com/
KATA (ropa de ciclismo): https://www.facebook.com/
BIKE LOVER: https://www.facebook.com/
INNOVA DIGITAL MEDIA: https://www.facebook.com/
TREBUD SPORT: https://www.facebook.com/
PERÚ CYCLING XTREME: https://www.facebook.com/
UN AGRADECIMIENTO ESPECIAL A LAS SIGUIENTES PERSONAS:
1. Carolina Ballón.
2. César Morales.
3. Cristhiam Alcarraz Villa.
4. Cristina Rosales.
5. Dante Moya.
6. Edgar Manco.
7. Edgar Quintana.
8. Erick Velarde Fuentes Rivera.
9. Fernando Vargas.
10. Guillermo Cáceres.
11. Javier Velarde Fuentes Rivera.
12. Jesús Sucapuca.
13. Jonathan Camacho.
14. Jorge Castañeda.
15. Julio Merino.
16. Katherine Herrera.
17. Óscar Vargas.
18. Marlon Santos.
19. Miguel Martino.
20. Misael Antúnez.
21. Pavel Quijano Ono.
22. Richard Hurtado.
23. Samir Guty.